El ajo en la cocina

Uno de los ingredientes más repetidos en la mayoría de platos elaborados en el mundo, y en concreto en los que están relacionados con la paella, es el ajo. Se trata de un bulbo muy parecido al de la cebolla, en este caso mucho más pequeño y con un sabor único en la cocina. A diferencia de otro tipo de productos se comercializa y puede usarse de múltiples formas: picado, entero, por ‘dientes’, troceado, en polvo… Según el tipo de plato que se desee elaborar o la cantidad de sabor de ajo que queramos dar, se deberá incorporar de una u otra forma. En el caso de las recetas de paella, generalmente se suele añadir al preparado fileteado o troceado.

Propiedades del ajo

El ajo es uno de los alimentos que más calorías aportan, pero a diferencia de otro tipo de productos, no se consume en grandes cantidades sino que se suele incorporar en a las comidas como condimento. Entre sus componentes nutricionales destacan especialmente los hidratos de carbono y en menor medida las proteínas; en este último caso sólo 5 gramos por cada 100 e ajo. Pero también aporta otros nutrientes como magnesio, fósforo, sodio y potasio; ideales para personas que tienen una actividad física diaria o incluso deportistas.

Pero sin duda, una de las particularidades del ajo es que además de aportar los nutrientes anteriormente comentados, también se utiliza para infecciones o enfermedades del metabolismo o el corazón. Por ejemplo, es un ingrediente que ayuda a que la sangre se distribuya de forma óptima por todo nuestro organismo, evitando por lo tanto que se desarrolle el colesterol ‘malo’ y la formación de posibles trombos ya que la sangre es más fluida. Otra de sus propiedades y que se conoce sobre todo en aquellas personas que quieren perder peso es que el ajo es ‘bueno’ para adelgazar. ¿Por qué? Porque al ser diurético ayuda a evitar la retención de líquidos y es un ingrediente que tiene un efecto antiséptico.

Uso del ajo en la cocina

El ajo se puede consumir hervido, sofrito, espolvoreado como condimento… Sin embargo, el principal problema que encuentran muchos comensales es que es un ingrediente que tras su consumo ‘repite’. Esto se puede evitar dejándolo previamente un par de horas en remojo o quitando antes de utilizarlo para el uso culinario el brote central. Con el ajo se realizan todo tipo de platos e incluso productos, como el pan de ajo; pero sin duda lo más utilizado en cualquier gastronomía es usarlo para darle su sabor y aroma característico al plato final. En el caso de la paella se suele sofreír con aceite de oliva al principio de la elaboración junto con otros ingredientes como pimiento, cebolla o tomate. También hay que mencionar que hay varios tipos de ajo, siendo los tres más utilizados en la cocina los siguientes:

  • Blanco. Es el más utilizado para servir en cualquier tipo de plato, fácil de adquirir en cualquier establecimiento y además muy asequible a la hora de comprarlo. Cada ajo cuenta en su interior con dientes de ajo, y a diferencia de otras variedades, es el que cuenta con más dientes. Suele conservarse durante más tiempo que el resto de tipologías y suelen ser más tiernos y carnosos.

  • Tierno. Aunque su apariencia es diferente al ajo ‘convencional’, sigue formando parte de la clasificación de los ajos. También su sabor y olor son  más suaves que el blanco, ya que realmente se trata de ajos que no han llegado al proceso final de maduración y han sido recogidos con antelación.
  • Morado. Los ajos morados se parecen en apariencia y sabor a los blancos, pero tienen algunas diferencias. Por ejemplo, los morados son más grandes, maduran antes, se conservan durante menor tiempo y además tienen un sabor ligeramente más fuerte.

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